MI AMIGA DORITA
Ya han pasado muchos años de que sucedió lo que hoy les cuento.
Dorita mi amiga, tenía una familia algo grande pues se integraba de su
papá, su mamá y tres hermanos que en total eran seis en la familia y ahora que
ya pasaron los años digo que era familia grande principalmente porque su papá
tomaba mucho y casi no los atendía se la pasaba tomando con sus amigos, y su esposa
y sus hijos necesitaban cosas en la casa y para la escuela y él no se las daba.
Aunque en esta historia digo que Dorita era mi amiga, lo cierto es que
nomás éramos compañeras de escuela, éramos unas chiquillas que nomás en la
escuela conpartíamos; saliendo de allí cada quien nos íbamos pa las casas.
Lo que recuerdo de Dorita es que estábamos en sesto año de la primaria y
una vez estábanos en clases; el maestro nos explicó la lección de esa mañana y
luego nos puso un ejercicio para que lo hiciéranos, no me acuerdo si de español
o matemáticas. Todos estábanos en silencio muy entretenidos con el trabajo
cuando de pronto alguno de los compañeros nos distrajo diciéndole al maestro
que Dorita estaba llorando; pero como no se oía a nadien llorar el maestro no
hacía caso y seguía la clase pero como le siguieron diciendo al maestro que
Dorita estaba llorando el maestro se arrimó al asiento de mi amiga y le
preguntó que qué le pasaba, que por qué lloraba, Dorita no respondía pero
tampoco se oía que llorara.
El maestro siguió preguntando a la niña que por qué lloraba, que si le
dolía algo o necesitaba ir al baño, pero no había respuesta, total, que
seguimos trabajando con el ejercicio, el maestro nos revisó leímos las
respuestas y se hicieron comentarios y por lo visto el llanto de Dorita se
acabó.
Días más tarde andaba jugando con Dorita en la hora del recreo y me
acordé de aquél día en que dijeron que lloraba y le pregunté qué había pasado
que si era cierto que estaba llorando y porqué no le respondió al maestro; mi
amiga me dijo que cuando salimos al recreo el maestro se acercó a ella y empezaron
a platicar de diferentes cosas hasta que el maestro le preguntó que porqué
estaba llorando y ella lo primero que le dijo al maestro fue: “es que en la
casa ya no se puede vivir” el maestro le preguntó que por qué decía eso si ella
era una niña y no podía decir eso; entonces dice mi amiga que le platicó que es
que en su casa había muchos pleitos, que como vivían dos o tres familias allí
mismo había muchos problemas y que todos se peleaban casi a diario que nadie se
respetaba, que daba miedo porque se peleaban a palabras y a golpes y que casi
siempre era porque su papá se emborrachaba y no había que comer.
Además que por tanto pleito el diablo estaba metido en su casa que no
sabía si los grandes se daban cuenta pero que ella casi no dormía porque casi
todas las noches cuando se iban a dormir apenas apagaban las luces los muebles
se empezaban a mover, los roperos se abrían, las camas se arrastraban y se oían
muchos ruidos que la hacían seguir despierta llena de miedo, y que a veces
hasta las cobijas le quitaban.
“Eso es muy seguido y a mí me da mucho miedo a veces quisiera decirle a
mi tía que duerme en el otro cuarto pero no me va a creer porque mis hermanitos
como están chiquitos aunque duermen conmigo no se dan cuenta y está mejor
porque si no, no dormirían.
Mi amiga me contó que cuando ya le platicó todo al maestro él le dijo
que no hiciera caso a los problemas de los mayores que ellos como adultos
deberían solucionarlos aunque entendía que las consecuencias de las
dificultados de los adultos de esa familia estaba afectando la vida de todos y
principalmente de los niños; que el maestro le dijo que todo lo que le pasaba
se lo platicara a su mamá, a su abuelita o a alguien de la familia a la que le
tenga confianza.
Cuando Dorita me acabó de platicar me dijo y tú Toña no tienes miedo en
la noche cuando te acuestas, o en tu casa no se pelean tu papá y tu mamá.
No, le contesté, mi papá y mi mamá se llevan bien nos quieren mucho y a
lo mejor si se enojan pero ellos arreglan solos sus problemas.
Cuando Dorita me platicó como vivían en su casa me acordé que ella era
muy pelionera y no se dejaba de nadie, siempre traía las uñas largas y con
ellas se defendía cuando se peleaban con otras niñas.
La vida de Dorita y la mía siguieron; salimos de sesto y pasamos a la
secundaria allá ya no nos juntábanos ella tenía unas amigas y yo tenía otras
además que vivíamos en diferentes barrios pero ya los años pasaron ya crecimos,
nos casamos y tenemos nuestros hijos espero que los podamos educar mejor para
que sean buenos hijos, trabajadores y dedicados al estudio, creo que sí lo
podemos lograr.
El otro día me dio gusto saludar a mi amiga ya grande andaba con su papá
y aunque él está muy enfermo parece que todavía no deja de tomar, se sigue
emborrachando aunque ha estado muy grave como que no entiende y sigue tomando,
pero a pesar de todo eso yo veo que mi amiga lo quiere mucho porque lo acompaña
a donde él necesita ir, ojalá siempre sea una buena hija.
Es una historia muy chiquita espero les guste.
Gracias, soy Antonia.
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