PROPÓSITO DE NUESTRO PROGRAMA

GENERAR UN ESPACIO DE AUTOANÁLISIS, REFELXIÓN, TERAPIA Y CATARSIS A QUIENES ARAVIESAN POR SITUACIONES PROBLEMÁTICAS MUY PARTICULARES Y PRESENTAN DIFICULTAD PARA CONFIAR EN ALGUIEN SUS NECESIDADES PARA ENCONTRAR UNA SOLUCIÓN A LO QUE LE SUCEDE.

miércoles, 4 de abril de 2012


HISTORIA DE UN HOMBRE SENCILLO

Atardecer en Parras. (Valle del tanque de Zapata)


     Lo conocí siendo yo muy joven y poco a poco me fui ganando su confianza; Don Trini, como cariñosamente le llamábamos era un hombre de características muy particulares; de estatura baja y piel blanca. Don Trini era un hombre sencillo, desconozco por qué motivos había perdido su mano derecha; pero aún con esa “limitación” –que para él no era considerada como tal- era un hombre muy trabajador; en el rancho era muy apreciado por casi toda la gente, pues además de trabajador su carácter amable lo hacía ganarse el cariño y el respeto de grandes y chicos.

    Don Trini tenía su familia que en el tiempo en que lo conocí la integraban: su esposa, un hijo y una hija; además se encargaba junto con su mujer, de cuidar a una de sus nietas. 

     Las labores de Don Trini iniciaban muy de mañana, pues era el encargado del molino de nixtamal y apenas queriendo clarear el día nos despertaba el sonido del motor de gasolina que daba vida al molino y desde luego para muchos representaba la voz que nos invitaba a iniciar las labores de un nuevo día; los hombres a la ordeña y al campo, las mujeres al molino y después a preparar el almuerzo y el lonche para sus esposos y los niños a disponerse para ir a la escuela del lugar; total que el sonido del molino invitaba a iniciar la diaria actividad. 

     Don Trini amablemente atendía a las personas que acudían a diario a moler el nixtamal y a todos recibía con una sonrisa entre alegre y un poco nerviosa pero así era él; siempre amable y sonriente. 

     Cuando se acababa la molienda, Don Trini se dirigía a su casa para tomar su almuerzo y seguir con alguna otra actividad, pues particularmente le gustaba sembrar hortalizas. Era bonito visitar su pequeño huertillo el cual trabajaba casi con una sola mano, pues como digo le faltaba su mano derecha pero eso no impedía que Don Trini fuera muy trabajador; en su parcela era muy grato ver como cultivaba: acelgas, jitomate, chile serrano y pulla, cebollas y hasta comino. 

     Daba pena visitar a Don Trini en su parcela, pues cuanta persona iba a su labor difícilmente se retiraba con las manos vacías, ya que era muy compartido y siempre quería que lleváramos alguna verdura para la casa; algunas veces se lo aceptábamos y otras no, pues de eso vivía y lo que hacíamos era comprarle algunos de los productos de su cosecha. 

     Como olvidar a una persona con esas cualidades, pues se aprendía tanto de ver su laboriosidad como de los temas que gratamente compartía en agradables charlas que frecuentemente teníamos; pues si no era en su casa donde platicábamos era en la parcela o por ahí cruzándonos en alguna calle de la comunidad. 

     En ocasiones cuando la mañana estaba avanzada y no escuchábamos el ruido del molino era señal de que algún desperfecto había sufrido, pero eso sucedía muy rara vez, pues Don Trini siempre estaba atento a que el molino estuviera funcionando, era un hombre muy responsable.

     Pasó el tiempo, por motivos personales tuve que irme de esa comunidad y se extrañaba el ambiente pero más se extrañaban las charlas con Don Trini y desde luego con su esposa. 

     Años más tarde me encontré ocasionalmente a uno de sus nietos y me hizo algunos comentarios poco agradables, ya para entonces había fallecido la esposa de Don Trini y se desconocían los motivos por los cuales Don Trini empezó a padecer trastornos emocionales, se alteraba su sistema nervioso, desconocía a las personas, incluso a sus familiares y su salud poco a poco se fue deteriorando.

     Me cuenta su nieto que le dieron atención médica pero su salud no mejoró. Don Trini murió pero nos dejó bonitos recuerdos a quienes lo conocimos y compartimos con él algunas experiencias y dese luego yo pienso que para su familia representó un grande dolor haber perdido a un ser tan querido, admirable, respetuoso, que a pesar de tener limitaciones sacó adelante a su familia con su trabajo pues siempre fue muy responsable.

     Personas como Don Trini son ejemplo de lucha y deseos de responder a sus compromisos de hombre y jefe de familia.

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