“LOS VALORES EN
LA FAMILIA Y LA ESCUELA”
En nuestra bella ciudad de Parras, Coahuila; existen escuelas donde
nuestros hijos acuden día tras día a sus clases y aprenden muchas cosas que les
sirven en su vida; siendo un complemento importante para las familias porque
ambas influyen en la educación en general y de todos.
Tal como la escuela “Lázaro Cárdenas del Río”, ubicada en la colonia
“Palmeras”; donde he tenido experiencias que me hacen sentir confortable y
satisfecha; ahí he compartido muchas cosas con mi familia y la comunidad…
Cómo olvidar los preparativos para el festejo del día del niño en el
ciclo escolar 2010 – 2011, ya que se organizaron una serie de actividades,
donde los miembros de la comunidad educativa tuvimos la oportunidad de
participar. Se reflejó una muestra significativa de la importancia que tienen
los valores en las diversas instituciones, los cuales tienen sus bases en el
hogar.
Dentro de la semana cultural del día del niño se llevó a cabo el 21 de
Abril, un programa donde el personal escolar, padres de familia y alumnos; nos
involucramos: Uno de los padres de familia, junto con dos de sus hijos nos
interpretaron bellas melodías y tocaron algunos instrumentos musicales.
Papás, mamás y maestros preparamos bailes y obras de teatro, con
historias de un libro del Rincón de Lecturas de donde se extrajeron las
fábulas: “El león y el ratón” y “El pastor y el lobo” que en su contenido
proporciona moralejas que nos hacen reflexionar sobre la importancia de la
solidaridad, amistad, sinceridad, colaboración,, confianza y muchos otros
valores que día con día se manifiestan en las situaciones cotidianas dentro y
fuera de nuestra casa.
Nos identificamos con la fábula: “el león y el ratón”; en esos días
comentábamos que nosotros los adultos no debemos sentirnos como el león que n o
aceptaba que un ser más pequeño le pudiera ayudar o hacer un favor. Las
personas mayores de edad. En ocasiones hacen a un lado a los niños, los cuales
tiene habilidades que no se toman en cuenta, sin embargo siempre demuestran que
son seres especiales y capaces.
Todos podemos ayudar de una u otra manera. Cuando nos preparamos para un
evento, reunidos en el patio de la escuela, nos organizamos y tomamos acuerdos.
Cada quien proponía y ofrecía los materiales y recursos con los que contaba;
manifestándose el trabajo en equipo, motivados por que la niñez disfrutara. Tal
vez muchos de los asistentes no tomábamos conciencia en aquel momento de que
somos el ejemplo de nuestros hijos y que el trabajo, disposición, amor,
responsabilidad, solidaridad, respeto, etcétera; son valores que debemos ir
fomentando día con día a las nuevas generaciones.
Por su parte los docentes, practicantes, alumnos y colaboradores;
también preparaban los números artísticos para el festejo. ¡Qué satisfacción
recordar a aquellos pequeñitos guiados por sus maestros, bailando, cantando y
riendo en los ensayos! Aún tengo grabadas en mi interior, aquellas voces de
quienes hablaban de los derechos y obligaciones de los niños.
Pero lo más importante, el
agrado que se siente observar en la realidad cada artículo: educación para los
niños, protección, salud, seguridad, alimentación, igualdad, ser tomado en
cuenta e informado; para que sean mejores, apreciando la cultura y respetando
la naturaleza. Por lo que tanto la familia como la escuela somos los
principales promotores para que se lleven a cabo los fundamentos legales.
Tal como en uno de los artículos está establecido: la niñez participó en
actividades artísticas y culturales al igual que padres de familia y maestros.
Se oía música, risas, plática y una serie de ruidos que se conjugaban en
aquella escuela, donde se sentía la alegría. El público estuvo conformado por
personas de todas las edades. Aún late mi corazón cuando llegan a mi mente esos
recuerdos tan gratos, donde los presentes mediante sus aplausos y gritos, ¡Otra
vez! ¡Otra vez! ¡Que se repita! ¡Que se repita!... nos expresaban que eran de
su agrado aquellas acciones.
Nos podemos dar cuenta que esas situaciones pueden volverse a presentar,
tal vez no con los mismos números artísticos, ni ante un público presente, pero
cada quien con sus familiares y personas que están en su entorno, trabajando en
equipo, haciendo las cosas con agrado apoyándonos, fomentando los alores y
compartiendo con los que nos rodean: la práctica de los mismos.
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